jueves, 19 de septiembre de 2013

NIÑOS VIRTUALES




La Tecnología … maravillosa herramienta que cambió al mundo, y transformó a las personas en seres mecánicas, virtuales y ausentes. Todo tiene un límite en la vida y lo importante es que cada uno de nosotros aprenda a reconocer el límite que tiene ante determinado elemento que el mundo le ofrece. Ciertamente la tecnología es fabulosa, increíble, genial… pero si no se le sabe dar un uso adecuado puede llegar a deshumanizar a las personas. Cómo? Cuándo estas hacen de tal herramienta la finalidad primordial de su diario vivir. Pero voy a circunscribirme específicamente en los niños. En pláticas, talleres y escuela de padres que he impartido es muy común escuchar cuando abordo el tema de la tecnología y los niños, que “¡Es que ese es el mundo de ellos!” A lo cual yo respondo enfáticamente: NO! Definitivamente, no es así! Es una realidad palpable que la tecnología apareció en la era actual para facilitar infinidad de cosas que las personas realizamos en la vida. Sin embargo, es necesario que los padres aprendamos a poner un límite al uso de ésta cuando se trata de los niños. Veo constantemente a madres que entran a las reuniones de los colegios con los videojuegos de los hijos en la mano, con la excusa de que “¡Si no se lo traigo, se muere!” Y me pregunto yo, qué es eso? En qué estamos permitiendo que nuestros hijos se conviertan? No y rotundamente no es correcto hacer esto. Somos los padres de familia quienes tenemos la obligación de orientar a los niños en cuanto al uso adecuado y la importancia LIMITADA que tienen específicamente los videojuegos, porque los chicos actualmente ya no quieren jugar al aire libre, correr, brincar, explorar, inventar, gritar, sudar, y ser felices descubriendo toda aquella diversión ilimitada que su imaginación es capaz de ofrecerles. Por favor señores padres y madres de familia, seamos coherentes en el uso que nuestros hijos le den a estos dispositivos tecnológicos, y tomémonos el tiempo de enseñarles todo aquello que su entorno les ofrece para ser felices: la familia, los amigos, el campo, el sol, el viento, los pequeños bichos debajo de las piedras, los caminitos de tierra, el arenero, los botes hechos una torre, la increíble capacidad de crear sus propios juegos … en fin, sólo recordemos cuán felices fuimos nosotros con tan gratos e inolvidables elementos de juego que nos ayudaron a crear e imaginar las más grandes fantasías infantiles. Dios los bendiga. 
Analida Campos M
— con Psicologia del Dolor, Psicolibros Waslala, Educaciòn Especial Guatemala y Terapeuta de Aprendizaje.

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