Milton Rojas, consultor de Cedro, brinda alcances de investigación
sobre consumo de drogas en adolescentes atendidos por dicha institución a
través de su servicio "Lugar de Escucha": Más del 60% de
adolescentes que consumen marihuana en un período menor a un año
presentan problemas en su entorno familiar, de rendimiento académico,
deserción escolar, entre otras consecuencias negativas, revela un
reciente estudio de Cedro.
Milton Rojas, consultor del Centro de Información y Educación para
la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro) y autor de la investigación,
señaló que alrededor del 60% de los consumidores de este tipo de droga
ilegal lo hacen preferentemente los fines de semana (sábado y domingo).
La investigación "Evidencias sobre el impacto del consumo precoz y
la potencia de la marihuana como factores de riesgo en adolescentes",
comprendió a 991 menores de 17 años atendidos por el servicio "Lugar de
Escucha" de Cedro entre los años 2010 y 2013.
La finalidad de este estudio fue establecer las principales
características del consumo de marihuana en una población de
adolescentes atendidos por Cedro, de los cuales el 87% son varones y el
13% mujeres.
Los resultados muestran que el 27% de los consumidores adolescentes
de marihuana lo viene haciendo entre 1 y 2 años, mientras que alrededor
del 10% lo hace entre 3 y 5 años.
Del mismo modo, una tercera parte de los casos atendidos evidencia
un consumo "problemático" (diario e interdiario), donde mayoritariamente
se presentan casos de dependencia.
"El 80% de los adolescentes que consumen marihuana no es consciente
del daño que produce esta droga, sino hasta que presenta problemas de
rendimiento académico relacionado a la concentración, atención y
memoria, reprobación de cursos, deserción escolar, entre otros que
llevan a sus padres a buscar ayuda profesional", manifestó el
especialista.
En relación a la procedencia de los adolescentes consumidores
atendidos por Cedro en Lima Metropolitana, la mayoría reside en los
distritos de Santiago de Surco, San Juan de Lurigancho, Villa María del
Triunfo, San Martín de Porres, Chorrillos, San Borja, La Victoria, Villa
El Salvador y Ate.
"Esto muestra que el consumo de esta droga ilegal está presente en
todos los niveles socioeconómicos y distritos, y se puede conseguir de
muchas formas incluyendo internet, delivery, llamadas por celular y
existen viviendas donde se han instalado hibernaderos donde se cultiva
marihuana", puntualizó.
Añadió que las modalidades de consumo de marihuana no se limitan a
fumarse un "porrito" o cigarrillo e inhalarse en "pipas", sino que
incluso se encuentra presente en la gastronomía y pastelería, como
insumo de queques, ensaladas y empanadas, entre otra gran variedad de
presentaciones.
"El peligro de comer marihuana es mayor que fumarla, porque al pasar
por el tracto digestivo se absorve más lento y, por lo tanto, permanece
más tiempo en el organismo, provocando más daño en los diversos
órganos", advirtió.
Entorno familiar
Rojas dio a conocer también que el 32% de los adolescentes atendidos
por Cedro informaron que en su entorno familiar cercano existen
antecedentes de abuso de consumo de alcohol, marihuana y otras drogas
(fármacodependencia, anfetaminas, etc.).
En cuanto a la estructura familiar de los adolescentes consumidores
de marihuana, la investigación da cuenta que no existen diferencias
significativas entre la procedencia de hogares incompletos (29.58% de
los casos) y completos (31.68%).
"Esto coincide con otras investigaciones en adolescentes
multiproblemáticos, donde se observa que más que la estructura familiar,
parece ser más relevante la calidad de los vínculos en cuanto a la
explicación del abuso de drogas en este sector de la población", indicó
Rojas.
El consultor de Cedro refirió también que alrededor del 13% de los
adolescentes informaron que hay antecedentes de trastornos psicológicos o
psiquiátricos en el entorno familiar inmediato (padres, madres,
hermanos).
En tal sentido, anotó que los trastornos más comunes son la
depresión, esquizofrenia, trastornos límites de la personalidad y
psicosis.
Daños que provoca la marihuana
Rojas sostuvo que todas las investigaciones realizadas sobre la
marihuana arrojan suficientes evidencias científicas de su nocividad en
el organismo. Las más recurrentes son los daños a nivel cardiovascular,
en los sistemas respiratorio e inmunológico, a nivel ocular, en el
aparato endocrino (glándulas) y la conducta sexual (impotencia en
varones e irregularidad en la menstruación en mujeres).
A mediano y largo plazo, el consumo de marihuana ocasiona deterioro
cognitivo (memoria, concentración y atención), ansiedad y crisis de
pánico, depresión y trastorno bipolar, psicosis y esquizofrenia.
Además, el consumo de marihuana multiplica en cuatro veces la
probabilidad de sufrir un accidente de tránsito cuando se conduce un
vehículo bajo los efectos de esta droga alucinógena. A ello se suma que
genera efectos de somnolencia y sobre la conducta alimentaria.
"Al igual que el humo del tabaco, el de la marihuana contiene
químicos cancerígenos y genera depósitos de alquitrán en los pulmones.
Si se fuman cantidades iguales de tabaco y marihuana, esta última genera
cuatro veces más alquitrán. Esto se debe a que los cigarrillos de
marihuana no contienen filtro y sus inhalaciones son largas y
profundas", remarcó.
"El humo de la marihuana irrita los pulmones y se puede experimentar
los mismos problemas respiratorios que los fumadores de tabaco,
incluyendo tos, bronquitis, asma y riesgo de infección en los pulmones",
agregó.
La peligrosidad de la marihuana aumentó en las últimas décadas
debido a la biotecnología que permitió mejorar la pureza de la planta
cannabis y con ello se potenció la concentración de "Delta 9", alcaloide
que genera los efectos nocivos en los consumidores, comentó.
Prevención
Para prevenir que los adolescentes caigan en el consumo de drogas,
el consultor de Cedro recomendó a los padres de familia que fortalezcan
sus vínculos afectivos con sus hijos, dediquen más tiempo a estar con
ellos, dialoguen y los escuchen.
"La mejor prevención se da en el día a día. Míreles a los ojos
cuando les escuchen, mantengan el contacto visual. Infórmense sobre cómo
les fue en su día, qué pasó en la escuela y con sus amigos. Vayan a sus
eventos deportivos, culturales, recreativos. Jueguen con ellos.
Conozcan a sus amigos, entérense dónde están, pongan expectativas claras
de comportamiento, pídanles su opinión", dijo.
"Muéstreles que les importan y, sobre todo, hablen con ellos sobre
los peligros del uso y abuso de las sustancias ilegales. Cuando vean un
comercial o película sobre drogas, aprovechen la ocasión para hablar del
tema y compartan opiniones sobre lo que se vio y sus consecuencias en
la vida de una persona", finalizó.