•Como padre, como educador, intente siempre elogiar los éxitos de los
niños (aunque sean muy pequeños). “Se gana más con una cucharadita de
miel que con un cántaro de hiel”. Refuerce los logros aunque estos sean
mínimos aparentemente.
•Demuestre cariño de una forma natural,
auténtica, sincera. Exprese y haga saber verbalmente al niño que lo
quiere. Háblele además de con los hechos, con las palabras. Sintetice
verbalmente su sentimiento. Su hijo/a lo necesita.
•Es mejor sugerir
a los niños/s qué cosas pueden y deben hacer, en lugar de ordenar lo
que NO deben realizar o lo que les queda prohibido. La actitud positiva,
prepara cognitivamente al niño para hacer las actividades que se le
propongan.
•En lugar de “ No juegues
aquí con esa pelota” dígale: “ en el patio puedes jugar con la pelota”.
En lugar de “No maltrates al perrito, dígale “Juega con tu mascota con
más cuidado, también siente el dolor cuando es maltratado”.
•Deje
claro y haga saber a los niños que sus errores son una parte natural del
crecimiento. Todos (incluyendo los adultos) cometemos errores. Pero hay
que cometer los menos posibles. No enfatice los fallos. Refuerce los
éxitos.
•Siempre que pueda procure ignorar o no dar demasiada
importancia a las conductas infantiles como rabieta.... Busque un
momento adecuado y en un aparte, manifieste su descontento, pero procure
no afear la conducta de modo público en presencia de los amigos/as.
•Muestre agradecimiento a sus niños/as cuando éstos cooperen, cuando le
ayuden, cuando se expresen de buena forma hacia los demás, cuando le
obedezcan y reaccionen de forma positiva.
•Acuérdese que se necesita
tiempo y práctica para aprender nuevas destrezas. Los niños/as aprenden
conductas novedosas de forma progresiva no todas a la vez.
•Responda con cariño y refuerzos verbales cuando los niños/as se portan
bien. Explicite con franqueza qué fue lo que le gustó de su
comportamiento.
•Acepte y respete la familia y la cultura de cada niño/a. No hay dos iguales. Todos son únicos.
•Como padre, como educador, intente siempre elogiar los éxitos de los
niños (aunque sean muy pequeños). “Se gana más con una cucharadita de
miel que con un cántaro de hiel”. Refuerce los logros aunque estos sean
mínimos aparentemente.
•Demuestre cariño de una forma natural, auténtica, sincera. Exprese y haga saber verbalmente al niño que lo quiere. Háblele además de con los hechos, con las palabras. Sintetice verbalmente su sentimiento. Su hijo/a lo necesita.
•Es mejor sugerir a los niños/s qué cosas pueden y deben hacer, en lugar de ordenar lo que NO deben realizar o lo que les queda prohibido. La actitud positiva, prepara cognitivamente al niño para hacer las actividades que se le propongan.
•En lugar de “ No juegues aquí con esa pelota” dígale: “ en el patio puedes jugar con la pelota”. En lugar de “No maltrates al perrito, dígale “Juega con tu mascota con más cuidado, también siente el dolor cuando es maltratado”.
•Deje claro y haga saber a los niños que sus errores son una parte natural del crecimiento. Todos (incluyendo los adultos) cometemos errores. Pero hay que cometer los menos posibles. No enfatice los fallos. Refuerce los éxitos.
•Siempre que pueda procure ignorar o no dar demasiada importancia a las conductas infantiles como rabieta.... Busque un momento adecuado y en un aparte, manifieste su descontento, pero procure no afear la conducta de modo público en presencia de los amigos/as.
•Muestre agradecimiento a sus niños/as cuando éstos cooperen, cuando le ayuden, cuando se expresen de buena forma hacia los demás, cuando le obedezcan y reaccionen de forma positiva.
•Acuérdese que se necesita tiempo y práctica para aprender nuevas destrezas. Los niños/as aprenden conductas novedosas de forma progresiva no todas a la vez.
•Responda con cariño y refuerzos verbales cuando los niños/as se portan bien. Explicite con franqueza qué fue lo que le gustó de su comportamiento.
•Acepte y respete la familia y la cultura de cada niño/a. No hay dos iguales. Todos son únicos.
•Demuestre cariño de una forma natural, auténtica, sincera. Exprese y haga saber verbalmente al niño que lo quiere. Háblele además de con los hechos, con las palabras. Sintetice verbalmente su sentimiento. Su hijo/a lo necesita.
•Es mejor sugerir a los niños/s qué cosas pueden y deben hacer, en lugar de ordenar lo que NO deben realizar o lo que les queda prohibido. La actitud positiva, prepara cognitivamente al niño para hacer las actividades que se le propongan.
•En lugar de “ No juegues aquí con esa pelota” dígale: “ en el patio puedes jugar con la pelota”. En lugar de “No maltrates al perrito, dígale “Juega con tu mascota con más cuidado, también siente el dolor cuando es maltratado”.
•Deje claro y haga saber a los niños que sus errores son una parte natural del crecimiento. Todos (incluyendo los adultos) cometemos errores. Pero hay que cometer los menos posibles. No enfatice los fallos. Refuerce los éxitos.
•Siempre que pueda procure ignorar o no dar demasiada importancia a las conductas infantiles como rabieta.... Busque un momento adecuado y en un aparte, manifieste su descontento, pero procure no afear la conducta de modo público en presencia de los amigos/as.
•Muestre agradecimiento a sus niños/as cuando éstos cooperen, cuando le ayuden, cuando se expresen de buena forma hacia los demás, cuando le obedezcan y reaccionen de forma positiva.
•Acuérdese que se necesita tiempo y práctica para aprender nuevas destrezas. Los niños/as aprenden conductas novedosas de forma progresiva no todas a la vez.
•Responda con cariño y refuerzos verbales cuando los niños/as se portan bien. Explicite con franqueza qué fue lo que le gustó de su comportamiento.
•Acepte y respete la familia y la cultura de cada niño/a. No hay dos iguales. Todos son únicos.
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