jueves, 11 de julio de 2013

Escuela para Padres.

Cómo educar a los hijos después del divorcio.

Muchas veces los padres se preguntan cómo educar a los hijos después del divorcio, en especial cuando una de las razones por las cuales se acabó la relación fue la falta de una buena comunicación. Para enfrentar esta situación de la mejor manera presentamos algunos consejos a tener en cuenta.

La paciencia

Una de las claves a tener en cuenta a la hora de educar a los hijos en el divorcio es sin duda alguna la paciencia. Esta es una de las virtudes que más cuesta mantener en estas circunstancias, pero que es verdaderamente fundamental. Tanto los hijos como los padres son más vulnerables debido a los cambios que lleva consigo una separación, por ello la paciencia, tanto en lo que sucede en el entorno como en lo que pueda hacer el otro, que en este caso es nuestro hijo, hay que ser pacientes..


Sin culpas


Efectos del divorcio en los hijos Luego del divorcio muchos padres sienten culpa por no haber seguido con su pareja afectando la educación de los hijos. En ocasiones esas culpas también la sienten ellos, que piensan que por alguna palabra o una actitud en determinada situación fue la causante del divorcio..


De nada sirve culpar al otro o sentirse culpable, por ello el dialogo es primordial, entender que simplemente fue una decisión necesaria en determinado momento de la vida de pareja es lo mejor, tanto para asimilarla como para superarla y seguir adelante..


Las reglas y la crianza

Son diversas las reacciones que puede tener un niño luego de la separación de sus padres. Algunos harán lo posible para que vuelvan, otros llamarán la atención de ambos más de lo usual, o puede que se sientan nerviosos o estresados con la situación en todo caso. La comunicación, la paciencia y algunas normas ayudarán a mejorar la situación..

Si bien es cierto que una de las razones del divorcio pudo haber sido la incapacidad para ponerse de acuerdo para realizar algo, nuestro hijo no tiene la culpa, por ello debemos establecer algunas reglas en común y otras que cada uno propondrá en su espacio, sin invadir al otro en su determinación..

Lo importante es respetar esos espacios y esas normas, para no dar cabida a una rebeldía incontrolable, que empeorará el proceso de divorcio y por supuesto la relación con los hijos.

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