lunes, 16 de septiembre de 2013

MORTIFERA TUBERCULOSIS XDR, EN LIMA.


Infos

La mortífera TB-XDR sigue creciendo en Lima.

El Cerro San Cosme, símbolo de la tuberculosis en Lima. ¿Debiera ser erradicado? Las autoridades de Salud de Lima Este opinan que no.
El Cerro San Cosme, símbolo de la tuberculosis en Lima. ¿Debiera ser erradicado? Las autoridades de Salud de Lima Este opinan que no.
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No hay hospitales y albergues especializados para atender a pacientes que siguen contagiando. Solo 17 de los 200 que siguen vivos han sido tratados con las drogas que los curarían pero con terribles secuelas.
Es la más letal. El crecimiento exponencial de la TB Extremadamente Resistente en un sector de Lima es revelado en este informe mediante cifras oficiales. Esto atañe a un sector minoritario de pacientes de las decenas de miles que hay en el Perú, pero que sufren la forma más letal de una enfermedad focalizada en la capital. La mitad de los 480 enfermos diagnosticados con TB XDR desde 2001 han muerto. No hay hospitales y albergues especializados para atender a pacientes que siguen contagiando. Solo 17 de los 200 que siguen vivos han sido tratados con las drogas que los curarían pero con terribles secuelas.

Agencia INFOS.
Un crecimiento agresivo de la mortífera tuberculosis XDR en determinados distritos de Lima es el principal problema de salud que afronta el área metropolitana de la capital, según especialistas. XDR, en inglés Extremely Drug Resistence, significa que esta TB es extremadamente resistente a los medicamentos.
En 2012 fueron diagnosticados 81 nuevos enfermos de TB-XDR en Lima, que representan el 94% del total nacional. Estos se añaden a los que fueron registrados en años anteriores y continúan vivos, cuya cantidad se estima alrededor de cien. Desde 1999, en que fue diagnosticado el primer caso, se han identificado unos 480 enfermos con esta cepa de la tuberculosis, las dos terceras partes de los cuales han muerto.
Así, actualmente habría alrededor de doscientos infectados con TB-XDR en todos los distritos de Lima. “Esa es una cifra probable” dijeron funcionarios responsables del Ministerio de Salud (Minsa), en una entrevista con INFOS.
De allí la gravedad de la alta incidencia de TB XDR en la capital: dos de cada tres contagiados pueden terminar muertos. Una persona con este tipo de TBC, sin tratamiento o fuera de control sanitario, es capaz de contagiar hasta quince personas en un año, según estimaciones especializadas. Las cifras y conclusiones de INFOS se basan en entrevistas con fuentes oficiales, expertos y pacientes.
La cepa XDR evolucionó a partir de otra denominada Multi Drogo Resistente (MDR), que presenta menos dificultades para la acción de los medicamentos y que también tiene alta incidencia en el Perú.  El mayor número de casos es el de la TBC sensible a los fármacos. Las cifras nacionales de esta forma, denominada TB Sensible, muestran que la incidencia de la enfermedad decrece ligeramente, pero sigue siendo alta. El Perú, con un poco más de 32,000 tuberculosos en todas las formas, es el que presenta las tasas más altas de la enfermedad en el continente, después de Haití.
CIUDAD INDEFENSA
Esta forma más nociva de tuberculosis solo puede ser vencida, aunque no siempre, con un tratamiento de antibióticos largo, dañino para órganos sanos del cuerpo del paciente y  sumamente costoso. Es letal en todos los casos de abandono del tratamiento, lo que es frecuente. Se contagia fácilmente. Una persona con gripe o bajas defensas inmunológicas puede contraerla si viaja al costado de un infectado  en un microbús.
En total, el tratamiento con antibióticos de un enfermo de XDR dura unos dos años y cuesta entre cuarenta y sesenta mil dólares. Solo el Estado puede costearlo, por la extrema pobreza de la mayoría de afectados.  El Minsa, apoyado por el Servicio Integral de Salud (SIS),  actualmente provee tratamiento completo para los pacientes, pero ya veremos que la cobertura real es muy limitada.
De acuerdo con recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tratamiento de pacientes con TB XDR debe incluir fármacos de varios grupos están numerados del uno al cinco, en función del grado de resistencia del bacilo. Los antibióticos del quinto grupo, los más caros, corresponden a pacientes a los cuales el resto de medicamentos ya no les hace efecto.  La OMS dice, en su Recomendación 5,  que “dos o más agentes del Grupo 5” deben ser administrados. También señala (R8) que deben asegurarse “estrictas medidas de control de la infección” y que los pacientes mantengan una “completa adherencia” al tratamiento (R10).
Estas tres recomendaciones se cumplen relativamente en Lima. Aunque hay  medicamentos del quinto grupo adquiridos por el Ministerio de Salud para los enfermos de XDR, no existen hospitales habilitados adecuadamente para el tratamiento.
De los doscientos enfermos XDR que circulan en Lima, solo 17 reciben el tratamiento con las drogas del quinto grupo. Aunque no todos las necesitan –una parte es sensible a drogas de otro grupo– lo cierto es que no hay dónde atender a la mayoría de enfermos de la peor TBC.
Por otra parte, la administración sanitaria está desbordada por las condiciones que permiten “controlar la infección”, pues las razones para que continúe el contagio son múltiples. Y los porcentajes de abandono del tratamiento continúan siendo altos. La “adherencia” o continuidad de la curación no está garantizada. De acuerdo con el Decano del Colegio Médico, Juan Villena, cada año mil pacientes de TB abandonan el tratamiento.
UNANUE, EL ÚNICO
Para que el enfermo de XDR reciba su tratamiento debe estar inicialmente hospitalizado. Los medicamentos producen estragos en los oídos y otros órganos, al punto que es necesaria ayuda siquiátrica. Curarse de XDR es doloroso y  depresivo, y muchos pacientes abandonan el tratamiento.  El Estado, sin embargo, aún no puede alojar a los enfermos XDR por falta de capacidad hospitalaria.
Solo el Hospital Hipólito Unanue, al este de Lima, está habilitado para atender a grupos de pacientes de XDR. Actualmente tiene ocho camas disponibles. Posee equipo especial para suministrar los antibióticos vía catéteres, y, sobre todo, condiciones de aislamiento y seguridad sanitaria que impedirán que médicos y enfermeras terminen contagiados. Allí opera un Centro de Excelencia, Cenex, un establecimiento modelo para pacientes multidrogorresistentes. Se han inaugurado cinco en Lima en los hospitales Unanue, Dos de Mayo, María Auxiliadora y Sergio Bernales y un sexto en el hospital regional de Trujillo. Con la excepción del Unanue, en el resto hay limitaciones para atender a los pacientes.
En el Hospital Dos de Mayo, por ejemplo, un Cenex para tratar enfermos de XDR que está completamente construido, con una inversión de tres millones de soles, no puede alojar a un solo enfermo. Luego de que un informe del Instituto Nacional de Salud encontrara defectos de bioseguridad en las habitaciones de aislamiento destinados a los pacientes XDR los médicos exigieron mejorar el sistema de ventilación y adquirir equipos de protección respiratoria de nivel N99. Estos equipos, similares a los que se usan para soldaduras, brindan el máximo nivel de seguridad. En 2011 se registraron 170 trabajadores de la salud contagiados con TBC y en años anteriores la cifra superó los doscientos.
De acuerdo con información extraoficial, en el hospital Unanue se están administrando drogas del quinto grupo a diez pacientes XDR. Hay dos pacientes XDR en tratamiento  en el Sergio Bernales, de Comas, y otro en el Callao. Eso es todo en Lima. En Trujillo, donde había dos pacientes en espera de iniciar tratamiento, uno de ellos, un cobrador de microbús, escapó por la ventana el 12 de julio pasado.
LUZ ROJA EN LIMA-ESTE
De acuerdo con cifras oficiales del Ministerio de Salud obtenidas para este informe, el crecimiento de casos de tuberculosis XDR en el sector de la capital denominado Lima-Este creció más de 300% en los últimos tres años. En 2009 hubo  ocho nuevos casos. En los dos años siguientes la cifra creció a 11 y 17. En diciembre del 2012 se registraron 28 nuevos enfermos XDR, un 37.3% de los casos descubiertos ese año en toda la ciudad.
Tras analizar la tendencia del crecimiento en esa zona de Lima, que es exponencial, el neumólogo Oswaldo Jave, quien dirigió la estrategia contra la tuberculosis en el Ministerio de Salud entre 2008 y 2011, ha dicho a INFOS que este año los casos de TB XDR en Lima-Este serán 43. Lo cual, añadió, representa un altísimo riesgo para la salud pública.
En los países desarrollados un enfermo de XDR es aislado para ser asistido y tiene limitada circulación. Pero en la ciudad de Lima los enfermos desarrollan diversas actividades en contacto estrecho con la población sana, obligados a trabajar para vivir. Algunos de ellos son choferes de microbuses de transporte público o trabajadores que laboran en ambientes cerrados, una condición que facilita el contagio.
En Lima-Este están los distritos más comprometidos con la enfermedad: El Agustino, San Juan de Lurigancho, Santa Anita y Ate. En las otras áreas de Lima, en 2012 hubo 47 nuevos casos XDR en total, pero solo en Lima-Este la tendencia creciente es estable. En el resto del país hubo solo nueve nuevos casos en el período, lo cual confirma que la capital peruana sigue siendo la región más infectada.
Para algunos especialistas, el crecimiento de casos en Lima-Este configura, técnicamente, una epidemia, que ocurre cuando una enfermedad afecta a una cantidad de personas a niveles inesperados. Pero esa no es la opinión del Minsa, que considera manejable el crecimiento de la peor cepa de tuberculosis.
Para las autoridades del Ministerio de Salud las cifras del 2012 correspondientes a Lima-Este  son el resultado de una mayor capacidad de detección de la enfermedad por parte del Estado, lo que aumentaría engañosamente los índices. En efecto, la cantidad de registros depende de la eficacia y amplitud del diagnóstico. En 2010, por ejemplo, se restringió el funcionamiento de los laboratorios de Lima-Este. Al verse limitada su capacidad de detección de la enfermedad, bajó la cifra de nuevos infectados.
De momento es imposible saber si el crecimiento de las cifras corresponde a los mayores esfuerzos que se hacen para detectar la enfermedad, lo que lleva a un mayor número de descubrimientos, o a un crecimiento alto de los contagios. Quizá sean ciertas ambas cosas. Tendremos que esperar unos años para saberlo dijo un jefe del programa de TB de un sector de Lima.
“La otra mitad de la verdad, agrega Jave, es que como no hay tratamiento estos enfermos siguen contagiando. No solo aumentó la búsqueda sino que hay un incremento real del contagio. La respuesta es insuficiente. Y se transmite TB casi incurable.”
FALTA DE ALBERGUES
Pero en el hospital Unanue, el único donde se ha logrado condiciones básicas de bioseguridad, solo se atienden pacientes XDR provenientes de Lima-Este. Los pacientes XDR de otras áreas de Lima no tienen hospitales para internarse y recibir tratamiento con drogas del quinto grupo.
En el Unanue, donde se iniciaron los 17 casos tratados hasta hoy,  hay una cola de por lo menos diez pacientes de Lima Este que deben iniciar tratamiento y que están esperando que se desocupe una de las ocho camas disponibles. Los enfermos de otro sector de la ciudad no tienen a dónde ir.
“Como el manejo de pacientes requiere un mínimo de tiempo de hospitalización, cada tres meses deberíamos cambiar ocho pacientes. En nueve meses o un año estaríamos cubriendo a los pacientes de Lima Este que esperan. Pero el último enfermo en la cola  debería esperar nueve meses. Ese es el problema. ¿A quién se le hace esperar?”, dijo una fuente del hospital Unanue.
De esos 17 pacientes mencionados, seis han salido de alta del hospital pero no de tratamiento. Por el apoyo de la ONG Socios en Salud, estos enfermos pueden seguir el tratamiento administrado por personal de enfermería en su domicilio. El tratamiento con drogas del quinto grupo en el Unanue ha comenzado recién en mayo del 2012.
“Es difícil precisar el número de abandonos”, dijo una autoridad sanitaria. “Del total de pacientes diagnosticados entre el 2007 y el 2009, el  50% había fallecido, el 20% había sido curado, y se estimaba un 30% que abandonó el tratamiento o lo seguía y este fracasaba”.
Cuando un hospitalizado es dado de alta después de su tratamiento debe completar dos años de tratamiento más en condiciones de monitoreo que aún no existen. Se requieren albergues para enfermos de XDR que aún no están construidos en la ciudad.

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